BERGER | CUEVAS | VELASCO
Los tres artistas tienen en común algunos rasgos de su pintura y, entre ellos, el uso de colores intensos i del informalismo como forma de expresión.
En el caso de Cuevas y Velasco la abstracción abarca la obra en su conjunto, pero en Berger se produce un claro diálogo entre este y la figuración.
También la factura de las pinturas de los tres artistas es bien diferente. En el caso de Berger hay un trabajo minucioso y realista, hecho con grafito, que versa sobre fragmentos del rostro humano y que va seguido de una segunda fase en la que el trazo abstracto y colorista interviene de forma potente, ya sea con densidad o mediante veladuras.
Cuevas crea una obra claramente matérica, con mucha textura, que es fruto de diversas aplicaciones y extracciones sucesivas. Alude visualmente al rastro que deja el paso del tiempo sobre las fachadas de muchas casas de su Andalucía natal.
Velasco ha investigado mucho sobre los materiales pictóricos, tanto en los soportes como en la materia y los pigmentos, para llegar a consolidar una expresión creativa muy suya. Consigue texturas y colores sorprendentes y muy poco habituales. Son obras que apelan al recuerdo visual que tenemos de objetos desgastados por el paso del tiempo, o incluso a la a la huella de color que dejan algunos sueños. Pese a que el proceso creativo, y sus accidentes, juegan un papel importante en la obra, esta responde claramente a una idea y por lo tanto su pintura tiene plena coherencia.
La exposición en su conjunto reúne obras de tres autores que, partiendo de orígenes y procesos artísticos muy diversos, presentan una afinidad sutil que el espectador descubre ayudado por un montaje que, para subrayarlo, no agrupa las pinturas por artista.
