Ramon Moscardó
Barcelona, 1953
La pintura de Ramon Moscardó se caracteriza por el vitalismo de sus escenas y su ánimo optimista y lúdico. Se centra en el lado más amable de la vida urbana, retratando la actividad de algunas de las principales avenidas y plazas de Barcelona, Praga o París, la luz mediterránea de las playas de Cadaqués, o el alegre bullicio del interior de bares, comercios y restaurantes. En sus obras destaca el uso de colores vivos y luminosos ─especialmente sus azules y morados─ aplicados con una pincelada expresiva.
En los paisajes, el pintor nos sitúa ante imágenes cercanas. Observa algunas de las escenas desde un punto de vista elevado y lejano, pero la atmósfera es tan clara que parece que los distintos elementos, definidos con detalle, estén al alcance de la mano: no hay distancias, todo es un conjunto vibrante, rítmico y vigoroso.
Cuando pinta interiores, las figuras adquieren un papel protagonista; además, a menudo establece diálogos sutiles entre los personajes, que se expresan a través de las miradas y los gestos. Demuestra una gran intuición pictórica y una larga experiencia a la hora de dar vida y naturalidad a la figura humana.
Ramon Moscardó expone en Sala Parés desde 1978, y también lo ha hecho en Estados Unidos, Hong Kong y las principales capitales europeas. Su obra se puede ver en importantes colecciones privadas y públicas.