A STILL LIFE
Stefaan Eyckmans
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En realidad, no me gusta mucho la naturaleza muerta… Pero esta pintura no está ‘muerta’ en absoluto…
¡más bien está llena de vida!
Durante muchos años he considerado este comentario espontáneo de un visitante a mi estudio un gran cumplido. No solo por el orgullo que suponen estas palabras, sino porque supo interpretar el sentido más profundo de mi obra artística.
¿Dónde queda el reto de la representación realista de algunos objetos cotidianos? ¿Cuándo trasciende una pintura la representación fotográfica?
Mis raíces parten de los grandes maestros de los Países Bajos. En Flandes tuve la oportunidad de crecer cerca de las obras de Pieter Claesz Heda, Jan Davids de Heem, Frans Snyders, etc. Me intrigaron inmensamente esas pinturas que parecían atrapar la luz y volver a radiarla. Y ahí, como artista joven, empecé mi investigación en torno al misterio que envuelve el género de la naturaleza muerta.
Se trata principalmente de la luz. Cuando me propongo componer una naturaleza muerta, tengo en cuenta cómo la luz deambula entre los objetos, como los frutos y los jarrones se relacionan entre sí y reflejan los unos con los otros. Luz, color y composición… estas propiedades abstractas son las que deben aparecer desde un buen inicio. Y sin luz no hay color, ni forma, ni profundidad, ¡ni vida!
Como artista contemporáneo utilizo un lenguaje diferente al que utilizaban los artistas del siglo XVII. La técnica tonal de los grandes maestros en combinación con colores claros, armonías blandas y perspectivas dinámicas tienen como resultado un realismo contemporáneo con raíces de una pintura centenaria.
Mis cuadros invitan a adentrarse en la belleza de lo pequeño y cotidiano. En nuestra cultura visual moderna de imágenes rápidas, mis obras deberían actuar como refugio… para ti, espectador que las observa.
Stefaan Eyckmans
Porte-du-Quercy, Octubre ‘22
