LA MÁQUINA DEL TIEMPO I
Magí Puig
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Esta exposición comenzó a gestarse hace 30 años, cuando fui a Marruecos por primera vez.
Con un grupo de amigos y una furgoneta de alquiler atravesamos España y nos plantamos en la frontera marroquí con el convencimiento y la ingenuidad adolescente de que íbamos a hacer alguna cosa importante. De hecho, para nosotros fue así, en el corto trayecto en ferry hicimos un viaje en el tiempo, del siglo XX a la edad media en poco rato. Chilabas, mujeres transportando montones de leña más grandes que ellas, hombres de cuclillas vagueando en las cuentas, burritos, los olores, la luz… Fue verdaderamente un viaje iniciático, para nosotros era todo nuevo, o más bien viejo.
30 años después he vuelto. Ahora con la idea de encontrar inspiración para una nueva serie de cuadros. Sin ninguna pretensión, con la clara consciencia de ser un turista occidental, con el billete de vuelta en el bolsillo y la cámara fotográfica colgada al cuello. Me paseo por los mercados y Medinas con los ojos bien abiertos para mirar de plasmar la atmosfera y la luz de este país, disparando el obturador de la cámara convulsivamente.
Así se ha generado esta serie. Lo que viene después son muchas horas de pintura en el estudio, buscando tesoros escondidos en los miles de imágenes volcadas al ordenador y buscando una pintura que las trasciende y conecte con aquella primera impresión que hace unos años nos atrapó. Mezcla de realidad y de pósito exótico que dejan un buen número de lecturas y de películas de sábado por la tarde.
La exposición también presenta la serie Ciudad frágil, compuesta por obras de gran formato sobre Barcelona, un homenaje a la ciudad vista desde la inmensa fragilidad a través de la situación actual. Habituado a pintar lugares lejanos, la imposibilidad del viaje me ha obligado a mirar y valorar aquello próximo y que a menudo, por tan conocido, no prestamos toda la atención que merece.