Albert Vidal
Barcelona, 1969
La obra de Albert Vidal es un magnífico ejemplo de la vigencia del paisaje en la pintura contemporánea. Trata especialmente paisajes urbanos, que a menudo plasma a través de vistas aéreas con las que se puede apreciar la estructura racional de los edificios y la trama urbana. En ocasiones también retrata la destrucción ocasionada por la guerra, interpretando los bombardeos de algunas ciudades alemanas y japonesas del pasado con su lenguaje moderno. Igualmente trabaja paisajes desantropizados, como marinas o paisajes desérticos, en los que la falta de elementos figurativos y su estilo expresivo y vital parece querer aproximarnos a la abstracción.
El artista se centra en los elementos estructurales y en la composición, que tiene un gran protagonismo. Acostumbra a desdibujar algunas áreas de sus tablas e incluso a dejar partes visibles del soporte, en los que a veces ha impreso fragmentos de periódicos, propaganda u otros elementos, que junto con su peculiar forma de firmar las obras —con un código numérico— crea un interesante contraste entre lo analógico y lo digital. En ocasiones complementa la sutil materialidad de su pintura con el ensamblaje, lo que le permite crear distintas calidades texturales y cromáticas.
La trayectoria de Albert Vidal lo ha llevado a obtener reconocimientos en diferentes concursos y a exponer en distintas ciudades de España, y también en Francia, Japón, Suiza y Estados Unidos. En Barcelona, expone en Sala Parés desde 2001 y ha realizado algunas instalaciones en espacios públicos.