Alberto Romero Gil
Mataró, 1978
Alberto Romero está considerado uno de los valores emergentes más sólidos del realismo catalán. Su pintura busca la magia y el misterio que rodean la realidad cotidiana, la cual, a través de su mirada, adquiere un cierto carácter atemporal que transciende lo pictórico.
Su pintura nace de la emoción y la admiración que le producen frutos, flores, paisajes o figuras que, situados en determinadas atmósferas, ponen de manifiesto sus valores y naturaleza para desplegar toda su belleza. A menudo son objetos que él dispone en bodegones estableciendo una relación espacial especifica que seguidamente ilumina sin afán de teatralidad. Es un proceso lento y reflexivo, que puede prolongarse durante días, donde el artista va tejiendo una relación plástica, poética e incluso filosófica con su modelo. El propio Romero considera que lo verdaderamente difícil de su proceso pictórico es esta introspección en la vida interna de los objetos para captar todos sus matices.
Ha sido seleccionado y premiado en numerosos concursos y becas en toda España y ha ampliado su formación en la Cátedra de Antonio López García. Es profesor de pintura y dibujo, y un gran conocedor de los grandes maestros de la historia del arte. Expone en Sala Parés desde 2010, además de hacerlo frecuentemente en ciudades como Madrid, Bruselas y Maastricht entre otras.