Lluís Ventós

Barcelona, 1952

La pintura y la escultura son dos vertientes interconectadas en la obra de Lluís Ventós, un artista que trabaja desde hace años inspirándose en formas procedentes del arte y la cultura popular —tanto propia como ajena—, en el mundo marino y de la navegación, entre otros. Otras de sus importantes fuentes de inspiración son artistas que le fascinan de las vanguardias de la primera mitad del siglo XX, como Juan Gris, o incluso del barroco, donde destaca el homenaje que le dedicó al pintor flamenco Johannes van der Beeck, más conocido como “Torrentius”.

Es un artista riguroso y muy exigente en la ejecución de sus esculturas. Siente una gran pasión por los materiales, ya sean maderas de diversas procedencias, granito, mármoles o bronce, de los que sabe extraer las mejores cualidades. Su estética es sobria y la composición de sus pinturas responde siempre a un equilibrio de formas donde predominan las geométricas que tienden a la abstracción. No obstante, en ocasiones establece relaciones explícitas con elementos del espectro material. Los colores claros y transparentes contrastan con formas oscuras y densas, creando ritmos intensos pero serenos.

Su trayectoria de exposiciones es muy amplia y abarca especialmente Barcelona, Madrid, París, Londres y Ginebra. Expone en la Sala Parés desde 1998.

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