J. M. Guerrero Medina
La Guardia de Jaén, 1942

José María Guerrero Medina es un pintor y escultor autodidacta que a lo largo de su extensa carrera pictórica ha desarrollado un lenguaje propio muy vinculado a la neofiguración. Su tratamiento de las figuras consigue exteriorizar la intimidad de los personajes. Los deconstruye para desvelar su interior y reconstruir así su humanidad, creando unas imágenes penetrantes, de una fuerza casi angustiosa, que conectan con el mundo íntimo del espectador.
Sus paisajes son tratados de forma igualmente expresiva. Con pinceladas matéricas y enérgicas hace desaparecer la realidad para crear un lenguaje fruto de sus sentimientos y de su sensibilidad, utilizando una paleta en la que destacan los tonos terrosos, grises y ocres; acentuados con manchas de colores vivos.
Sus temas son variados. Desde paisajes o retratos a episodios trágicos de la Historia, como el exilio durante la posguerra o las ejecuciones con garrote vil. En todos los casos son siempre tratados lejos de convencionalismos y con una enorme voluntad de generar una reflexión profunda en torno al ser humano.
Guerrero Medina ha sido ampliamente reconocido tanto a nivel nacional como internacional, siendo un artista especialmente relevante desde las últimas décadas del siglo pasado, y buena parte de los críticos más importantes de Cataluña han escrito acerca de su obra. Expone en Sala Parés desde 1999.








